Uno de los rasgos más distintivos de los relojes Omega Speedmaster Dark Side of the Moon es su dominio de la cerámica negra. Lejos de ser un detalle estético, este material es símbolo de vanguardia: ligero, resistente a los arañazos y prácticamente inmune al paso del tiempo. La caja, de 44,25 mm, se fabrica a partir de un solo bloque de cerámica, lo que otorga una continuidad visual impecable y un acabado de alto nivel.
El cristal de zafiro abombado protege la esfera, revelando cada detalle con claridad y realce. En el interior, late el calibre Omega Co-Axial Master Chronometer 9900, certificado por METAS, que garantiza la máxima precisión incluso frente a campos magnéticos de 15.000 gauss.
Este movimiento automático, visible a través del fondo transparente, demuestra el equilibrio entre ingeniería suiza y arte relojero.
Omega también ha elevado la experiencia visual mediante técnicas avanzadas como el grabado láser, que permite decorar la superficie de la esfera con patrones sutiles, índices pulidos y acabados que juegan con la luz. Los tonos oscuros se complementan con toques de oro Sedna™, gris metálico o detalles en cerámica pulida, creando un contraste que evoca la dualidad entre la sombra y el brillo lunar.